Comunicado de ASOBIOCOM ante la alarma injustificada causada por el estudio del CSIC

Desde ASOBIOCOM, queremos expresar nuestra profunda preocupación frente a la repercusión mediática, desde nuestro punto de vista totalmente alarmista y desproporcionada, que está teniendo la reciente nota de prensa publicada por el CSIC el pasado 26 de septiembre, e invitamos a todas las partes implicadas, incluidos los medios de comunicación, a hacer una cobertura responsable y contextualizando adecuadamente los resultados publicados.

En concreto, consideramos que el estudio mencionado presenta resultados excesivamente preliminares e incipientes, así como procedimientos cuestionables que en ningún caso deben ser utilizados para generalizar conclusiones anticipadas sobre la toxicidad de algunas bolsas de plásticos biodegradables y compostables. La descontextualización y la tergiversación de dichas conclusiones por parte de la sociedad puede causar un grave retroceso en el arduo proceso de cambios hacia una transición ecológica y economía circular, que promovemos en ASOBIOCOM, desde nuestra fundación en 2011.

La comunidad de los plásticos biodegradables y compostables es muy amplia, está compuesta tanto por la industria como por instituciones de investigación científica nacionales y europeas del más alto nivel, y trabaja, desde hace más de 30 años, para desarrollar soluciones de calidad y seguras para las personas y el medio ambiente. Europa es pionera y líder mundial de este sector, que representa grandes oportunidades de crecimiento y competitividad sostenibles, así como una importante influencia positiva a nivel global. Como comunidad, valoramos todas las iniciativas que puedan aportar en este proceso, pero invitamos a hacerlo de forma rigurosa y responsable.

La continua investigación en materiales, acompañada de las correspondientes certificaciones (vinculadas a normas europeas-EN), demuestra el dinamismo, la profesionalidad y el rigor del sector. Las normas europeas se evalúan por expertos cada 5 años y, en su caso, se confirman por un nuevo periodo de cinco años, lo que asegura que se detecta periódicamente cuándo una norma requiere revisión. Las normas para la certificación de los artículos biodegradables y compostables son: compostaje industrial (UNE) EN 13432 2001; biodegradabilidad en suelo (UNE) EN 17033 2018; para el compostaje doméstico se utiliza el prEN 17427 y la NF T 51800 (2015).

Es importante explicar que los plásticos biodegradables y compostables están diseñados para facilitar la gestión de los residuos orgánicos, para producir un compost de calidad inocuo y sin microplásticos, que permite fijar el CO2 y mantener la salud de nuestros suelos. Estos materiales deben acogerse a los esquemas de certificación (basados en el cumplimiento de la norma europea EN 13432), con el propósito de valorizar sus residuos a través de procesos de compostaje. Por lo tanto, el escenario de fin de vida es necesariamente parte integral en el ecodiseño de los artículos compostables. Bajo estas normas se verifica la biodegradación completa de estos materiales en un proceso de compostaje y la seguridad del compost producido para su uso en aplicaciones agrícolas, sin producir efectos adversos, ni tóxicos en el medio ambiente.

El estudio presentado utiliza extractos metanólicos de plásticos, con concentraciones de extracto aplicadas muy elevadas y tendentes a comprometer el resultado de los ensayos. El disolvente más abundante presente en la naturaleza es el agua. La elección de los autores de utilizar metanol es, por lo tanto, poco adecuada a la realidad, es errónea desde un punto de vista conceptual e introduce un sesgo en el estudio (ya que el conocido efecto de la metanólisis sobre los poliésteres puede provocar la formación de nuevas sustancias no presentes en el material de partida).

La presunción de que los extractos metanólicos están constituidos por aditivos plásticos altamente tóxicos carece incluso de datos analíticos que respalden la afirmación. Citar sustancias tóxicas sin tener ningún tipo de prueba experimental sobre la presencia de estas sustancias es muy engañoso. Ni siquiera está clara la cantidad de plásticos extraídos, ni la cantidad de los extractos de metanol obtenidos por unidad de masa de plástico o compost. Cualquier comparación de resultados entre diferentes plásticos y tratamientos (es decir, convencional, biodegradable-compostable, fotodegradado, compostado) debe tomarse con extrema precaución.

En conclusión, hacemos una llamada a los medios de comunicación, para que cubran de manera responsable y en su medida, el alcance del reciente estudio, y al resto de partes implicadas que seamos, todos, conscientes de los efectos nocivos que puede tener la tergiversación y descontextualización de resultados de investigaciones puramente básicas y preliminares.

Desde ASOBIOCOM hacemos, además, una invitación a todas las partes implicadas a profundizar dentro del ámbito técnico y científico con el objetivo de contrastar y contextualizar los procedimientos y resultados obtenidos. Nuestra industria dedica importantes esfuerzos a la investigación y a la búsqueda de soluciones en el marco de la economía circular, garantizando el máximo rigor, la máxima seguridad para los consumidores y la mayor protección del medioambiente con productos sostenibles como las bolsas de plástico biodegradables y compostables, certificadas según normas europeas y otras normas internacionales.

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